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La Magia en Medellín, Colombia.

04 de Octubre de 2019, en menos de una hora volé de Panamá a Medellín y se podía sentir en el aire la aventura, el cariño de la gente y mi alegría de estar allá. Una ciudad llena de colores, un clima perfecto y plantas en todas partes fueron las cosas que me dejaron claro que este viaje iba a ser más de lo que yo pensaba.


-“Cuál es su motivo de viaje señorita?” me preguntó la oficial de migración.

-“Vengo a certificarme en masaje tailandés” respondí, me sonrió y me dio la bienvenida a su país.

Llegué al hostal, dejé todo y salí por comida; Estaba tan emocionada de ver todos estos colores y formas en todas las frutas que habían en este supermercado, sentí que no había visto esta cantidad y variedad de frutas en años y lo mejor es que el resto del viaje me di cuenta que en cada esquina podía encontrar todos estos colores y sabores. Pero confieso que cada día desayunaba pan de bono porque no podía perder la oportunidad de comer esa delicia típica y hecha en Colombia, sorry not sorry.


Pasé el resto del día caminando, conociendo y disfrutando. No pude aguantar y fui con mi amiga Grecia al estudio de yoga que sería nuestra casa por los próximos 4 días. No conocía un estudio tan grande, armónico y lleno de estudiantes como este, fue una de las cosas más bellas que como profe de yoga pude ver y sentir.


Al día siguiente comenzaba nuestra certificación con Modern Thai School, íbamos a comer, rezar, y respirar masaje tailandés. Nos encontramos todos en un salón presentándonos por país, nombres y que hacíamos relacionado al yoga; Amé ver y estar con personas de distintas partes del mundo, especializaciones en yoga, acentos, colores, edades, experiencia…todos unidos en un mismo lugar siendo estudiantes y aprendices.

El arte del masaje tailandés va más allá de un simple masaje, es una conexión directa con la energía y estado de ánimo de la persona que recibe, es como bailar mientras vas sanando a través de tus manos y sintiendo la energía en tu temperatura corporal con cada movimiento que das, te mueves como un gato, movimientos delicados y sutiles.


A medida que pasaban los días podía sentir que esto era lo que mi ser estaba buscando, comunidad, armonía, conexión, diversidad, aprendizaje y cada vez que mi mente recordaba que debía volver a Islas Secas (leer blog anterior para saber de Islas Secas) algo no encajaba. ¿Por qué me sentía tan vacía al tener que regresar allá? La respuesta se fue revelando sola a medida que pasaban los días.


Yo buscaba comunidad, y eso no podía tenerlo en una isla sola con estudiantes efímeros, era hora de pensar seriamente una solución y las alternativas disponibles a esto. La opción que más rondaba en mi cabeza era “estudio de yoga online” ¿por qué online? Porque es la mejor forma de unir personas de todas partes del mundo, de diferentes culturas y costumbres en un solo lugar de forma fácil y sostenible en el tiempo.

Pero me daba mucho miedo, “¿Online?!” Era otra pregunta que también hacía mi mente y literal me lo gritaba. “Pero si ni siquiera tienes una computadora para hacerlo!” fue entonces cuando me senté en esta esquina del salón y tomé esta foto donde todos estaban en su burbuja, en su más intima conexión con el otro y me di cuenta que eso lo quería recordar para siempre, y que eso era lo que yo quería crear con mi comunidad online, encuentros como este donde entreguemos todo siendo estudiantes y maestros, desconocidos y amigos, yoguis…humanos.


Llegó el día de graduación, fueron 6 horas continuas de dar y recibir sanación a través del masaje tailandés. Nos reunimos en un circulo al terminar, todos en un vibe súper alto de agradecimiento. Y entonces comenzó algo que sigue vibrando en mi corazón… un OM infinito, donde cada uno terminaba su Om y el otro comenzaba, y el otro, y el otro envolviendo el circulo en este sonido y vibración que sacaba lágrimas de felicidad de mis ojos. Como por arte de magia todos TODOS terminamos el OM al mismo tiempo, comenzamos juntos y terminamos juntos. Sin duda alguna este momento siempre estará conmigo para recordarme que todo es mejor juntos, en comunidad, apoyándonos desde el amor.

¿Te ha pasado? Que llegas aun lugar con cero expectativas y tu experiencia ahí te enriquece tu vida de una manera increíble e inolvidable.


¿Te ha pasado? Que cuando dejas de luchar con tu mente encuentras las respuestas que haz estado buscando por tanto tiempo desesperadamente.


¿Te ha pasado? Que al final del día te das cuenta que ese miedo que tenías no es tan grande ni tan malo como tu mente te hacía creer.


Y así fue como regresé a Panamá, a Islas Secas, me despedí de la isla con el atardecer más sorprendente y poderoso que he podido ver en mi vida junto a mi gran maestro: el océano. Sabía ese día, que no volvería al lugar donde podía mirar, escuchar y tocar el mar cada día. Sabía que ese día, era el último atardecer en esa montaña. Sabía ese día, que era lo correcto para mí.


1 año y dos meses después estoy en mi casa en ciudad de Panamá, viviendo con el amor de mi vida Cullen Heater y nuestras dos hermosas gatas Luna & Millie. Comencé mi estudio de yoga online y le hice frente a todos esos miedos que me frenaban y decían que iba a fallar; Claro que muchas veces me pregunté que habría pasado si todavía estuviese en la isla, pero no miro atrás para arrepentirme sino para ver cuanto he avanzado y sentirme orgullosa de estar donde estoy, feliz y creciendo una comunidad con la que he soñado por mucho.


¿Quieres unirte a este viaje?

Eres bienvenid@.


Con amor,

Vicmar

3:31pm

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