Islas Secas: La aventura que cambió mi vida
Enero 02 de 2019, recibí un mensaje que decía: "¿Te gustaría trabajar como profesora de yoga en una isla en el Golfo de Chiriquí?, comenzarías en un par de días..."
Waoo! el universo me había estado escuchado, mi situación económica en ciudad de Panamá no estaba precisamente bien y estaba buscando como darle un giro a mi vida, en la playa, haciendo yoga y lejos de la ciudad. Recuerdo a mi mamá decirme por teléfono “Seguro son unos traficantes de drogas, Escúchame, no vayas para allá” la preocupación de una madre no tiene precio. Sin embargo mi intuición estaba tan segura de que eso era lo correcto que la escuche más a ella que a mi mamá…mi novio Cullen también me ayudo al decirme, “Nunca pensé que tendría que decirte esto, pero no escuches a tu madre” (Lo siento mamá, pero tenía razón)
Febrero 03, tomé un autobús por 9 horas hasta David Chiriquí, otro por 30min desde David a Punto de Tierra y luego un bote por 2 horas pasando Boca Chica hasta Islas Secas, me recibieron una tortuga marina y una raya águila, como diciendo "Bienvenida a tu nueva aventura". La vista de este lugar me dejaba atónita, una isla paradisíaca en el medio de la nada, completamente autosostenible con energía solar, renovando sus aguas y compostando absolutamente todo. Este sería mi hogar por los próximos 9 meses.
Haber dejado todo en la ciudad, cambiar 360 mi vida y manera de vivir ha sido una de las mejores cosas que he podido hacer, esto me hizo crecer tanto internamente, darme cuenta de la grandeza del mundo. Fue aquí donde muchas de mis pasiones comenzaron a encajar y a tomar forma, todo en mi vida tenía que dar vuelta.

Trabajando en esta isla no solo fui profe de yoga y di masaje tailandés, también ayude en mantenimiento, jardinería, limpie piscinas y cargue muchas cajas. Tuve la oportunidad de aprender de todo y de todos, diferentes departamentos me dejaban grandes aprendizajes pero sin duda alguno el que más me llenó y enseñó fue el departamento de actividades, buceo y snorkel. Me certifiqué como Open Water Diver, tuve tantas aventuras fuera y dentro del mar! me enamoré de cada coral, pez, anguila, tortuga y tiburón. No existe nada más perfecto que la naturaleza y cuando estas bajo el agua puedes apreciarlo, la sincronicidad y la armonía están siempre presentes.

Claro, para tener balance necesitas la otra cara de la moneda también. Tuve días muy oscuros, donde toda mi luz se había quedado en el mar o la montaña. Conocí partes de mí que no sabía que existían y así como suena de increíble estar en una isla paradisíaca con aguas cristalinas y amaneceres de ensueños también se convertía en una cárcel de vez en cuando. Pasar 21 días o más sin ver a mis personas favoritas, sin pisar tierra firme y no tener un grupo constante de estudiantes eran mis mayores retos. Fue en esa época cuando comencé a hacer journaling y me salvo más veces de las que puedo decir, es una herramienta mágica. Cada persona que venía a mis clases me dejaba una enseñanza que no podría aprenderla en otro lugar pero también un vacío enorme de no volver a verlos, la enseñanza más grande ha sido el desapego, soltar y confiar en lo que no puedo ver y tocar.

En Septiembre de 2019 mi familia me visitó y pudimos presenciar juntos la belleza y grandeza de las ballenas jorobadas con sus bebés, el océano es un lugar tan grande que en verdad no es algo que puedas imaginar y cuando ves estos animales tan grandes dices: “Woow, no tengo idea de la palabra inmensidad”.
Recuerdo una clase de yoga como a las 8pm, ya en Savasana, una tormenta eléctrica venía en camino había muchos truenos y relámpagos (algo que disfrutaba ver demasiado, solía tenerles miedo pero pude apreciar su belleza estando allá) y el lugar donde estaba dando la clase tiene una vista panorámica espectacular del mar, por lo que me volteé para observar los relámpagos… fue entonces cuando vi algo tan perfecto que dije “Estoy en una película” el cielo se iluminó con luz plateada y violeta al mismo tiempo que saltaba una ballena jorobada enorme del agua como jugando en el aire…quería gritar pero todos estaban en Savasana y el espectáculo fue bien efímero. Son de esos regalos que la naturaleza tiene preparados solo para ti.
¿Cuántas veces has decidido hacer un cambio en tu vida?
¿Cuántas veces te has arriesgado a soltar y confiar?
¿Cuántas veces te has sentado con tu oscuridad y la has abrazado?